el partido de la justicia

15 Sep el partido de la justicia

Aprovecho esta caricatura del amigo VIC para unas reflexiones.

Las recientes decisiones de la Corte Suprema de Justicia han incomodado a algunos sectores que de antemano habían dado por sentada la culpabilidad de unos, así como otros juran y claman la inocencia de otros.

Lamentablemente los hechos no son los que juegan en la justicia sino lo que está en el expediente y las pruebas. Los señalados de actos de corrupción, ya sean inocentes o no, no lo han demostrado porque los casos transitan al borde del precipicio y se caen antes de llegar a la parte decisiva.

Tratemos de comparar entonces los casos de alto perfil con un juego de futbol y pensemos que por un lado está el ministerio público y sus fiscales enfrentando a los señalados y sus abogados.

A la cancha solo van los fiscales y los abogados, mientras que los jueces y magistrados se convierten en una especie de árbitro y FIFA al mismo tiempo, que vigilan el partido y toman las decisiones sobre las reglas del juego.

Ahora hagamos el ejercicio de comparar cada equipo jugador por jugador. ¿tiene el ministerio público mejor delantero que los abogados de los señalados? Lamentablemente parece que no. Los jugadores del otro equipo son los más experimentados del país, muchos de ellos fueron buenos fiscales en su momento, y todo indica que los fiscales actuales no son tan buenos jugadores como lo eran estos abogados cuando eran fiscales.

Podemos estar seguros de la culpabilidad o inocencia de algunos sujetos, pero nuestro convencimiento y sentimientos son iguales a los que siento por mi querido Árabe Unido que algún día ganará la Concachampions y en el mundial de clubes enfrentará al Real Madrid, y si pierde el expreso azul, entonces me enojo con el árbitro y él tiene la culpa que mi equipo colonense no ganara.

Además, me pongo bravo con la FIFA porque no me dejó tener un descanso de media hora en vez de los 15 minutos que determina el reglamento, no me dejó poner una portería más pequeña para mis rivales y una más ancha para los míos y además que el otro equipo juegue con diez, y que precisamente el que les falte sea el portero.

Los panameños tenemos sed de justicia y queremos que se castigue la corrupción y la impunidad, pero no podemos pedirle al árbitro que juegue de nuestro lado. El trabajo de los fiscales debe ser fino y cuidadoso, los expedientes que instruyen deben estar blindados y no dejar ninguna ventana abierta para que los abogados de los culpables encuentren por donde salir. Si son culpables y el caso está bien llevado, no tendrán por donde escapar, y si son inocentes y no hacen su trabajo, su cliente quedará preso, y eso no es justicia tampoco.

Como dijo Gandhi: “si el objetivo es correcto, hay que obtenerlo de la forma correcta”